miércoles, 23 de julio de 2014

Por qué no (o por qué sí) permitir que los robots se conviertan en nanas


La primera era de las máquinas, que comenzó a finales del sigo XIX fue aquella en la que éstas comenzaron a hacerse cargo de nuestras labores físicas. La segunda era es la que estamos atravesando en este momento, en la cual las máquinas comienzan a ocuparse de nuestras labores mentales. La tercera es aquella en la que los robots se ocuparían de las labores emocionales, como cuidar niños y ancianos en, por ejemplo, la enseñanza del preescolar y el área de la enfermería.


La socióloga Zeynep Tufecki escribió una respuesta a un artículo del New York Times donde se proyecta que los robots en el futuro se ocuparán de las “labores emocionales” . Tufecki indica los efectos negativos tanto en lo económico, por las devastadoras consecuencias que resultarían en dejar sin trabajo a empleados de la educación preescolar y del área de la salud para dar paso a robots, como en lo humano, por la alienación que produciría suspender las conexiones humanas que se originan a través del cuidado mutuo. Tufecki expresa que el deseo de utilizar robots en estas labores se excusa en que hay poca mano de obra disponible, cuando en realidad se trata de que no hay intenciones de pagarle a estas personas apropiadamente o el temor de contratar a las personas incorrectas.


Lea el artículo completo (en inglés) en Failing the Third Machine Age: When Robots Come for Grandma. Why “caregiver robots” are both inhuman and economically destructive.


Via io9.com



Por qué no (o por qué sí) permitir que los robots se conviertan en nanas

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